Después de un comienzo de año es-pan-toooo-so marcado por la hospitalización de mi hijo, la operación de mi padre, una epidemia de gripe en casa de la que solo se ha librado la perra y la lucha a muerte contra un insomnio que me ha fundido las neuronas, POR FINNNN las cosas vuelven a su sitio. No hay nada como una buena guantá de la vida para valorar lo que de verdad importa; la rutina, por ejemplo ¡Cuánto renegamos de ella y cómo la añoramos cuando falta! Pues bien, después de “recuperar” espacio, rutina y tiempo, me he echado de nuevo a la calle y he descubierto un montón de cosas que me han hecho feliz y que voy a compartir contigo.
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En esta lista de hallazgos hay un poco de todo: cosmética, moda, vinos, literatura, música ¡y hasta chuches! Y si escribo sobre ello ya sabes que es porque lo he conocido, probado, vestido o degustado en persona. Jamás hablo por experiencia ajena. Así que, aunque tu vida no cambiará sustancialmente, te aseguro que si pruebas alguna de estas cosas tendrás auténticos picos de serotonina.
- UN MAQUILLAJE: DIORSKIN NUDE AIR SERUM
- UN LIBRO: PATRIA, DE FERNANDO ARAMBURU
- UNA TIENDA DE ROPA: MENTA Y PECAS
- UN VINO: MADREMÍA
- CHUCHES ESPECTACULARES EN HEMA
- UN SUJETADOR SIN AROS DE H&M
- UNA CANCIÓN: “RAN”, DE FUTURE ISLANDS
UN MAQUILLAJE: DIORSKIN NUDE AIR SERUM
Me di cuenta de lo bueno que era cuando mi marido me dijo después de una hora cenando: “oye, qué buena cara tienes”. Y claro, me embalé…”Mmmmm ¿buena cara?”, pregunté yo…”¿acaso quieres decir que me ves la piel aterciopelada-sin brillos-luminosa-y-sin efecto máscaraaaaa? Y él: “Mmmmm…pues no lo sé…solo te he dicho que tienes buena cara”.
Sí, ya sé que esta contestación le dejaría planchada a cualquiera, pero a mí, no. Es más, si mi marido me dijera algo tipo “cariño…¿has cambiado de base de maquillaje?” la verdad, me daría un síncope. Hay cosas para las que una nunca está preparada. Es como cuando te chutas botox en la frente y aunque le mires fijamente durante una hora con ese gesto tan botulímico de sorpresa total, como si acabaras de descubrir un agujero negro en tu cocina, él, se limita a preguntar: “¿por qué me miras? ¿te pasa algo?…y eso que una frente con el botox recién puesto no pasa desapercibida ni con una escafandra…Pero sí, me sorprendió su “observación”. La verdad es que llevaba tiempo buscando una base de maquillaje que me gustase. Vaya por delante que me encanta ir con la cara lavada. No sé si será por la cantidad de años que estado maquillándome para salir en pantalla, pero no soporto las bases pesadas…¡me ahogan! Yo a la calle suelo salir con mi serum anti manchas y una buena crema hidratante de protección 50. Así que cuando descubrí Diorskin Nude Air Serum De Teint encontré la cuadratura del círculo.
Es una mezcla de sérum y maquillaje. Imagínate si es fluido, que se extrae con una pipeta y se aplica con las yemas de los dedos. Aporta la corrección justa, sin efecto máscara.
El precio en tienda es de 52 euros, pero en Internet yo lo he encontrado mucho más barato. Aquí te dejo el enlace
Hay diferentes tonos, y te aconsejo que cuando entres en una perfumería a probarte el maquillaje para saber cuál te va mejor, NUNCA lo hagas sobre la mano, sino en la cara o en el cuello. Sí, ya sé que parece raro, pero no tiene nada que ver la piel de la mano con la del cutis. Por cierto, éste es uno de los muchos consejos que puedes encontrar en el blog de Milagritos. Te recomiendo que le eches un vistazo porque está lleno de consejos y trucos de belleza.
Resumiendo: ligero, fácil de aplicar, efecto “buena cara” que diría mi marido y aguanta sin retoques hasta diez horas ( al menos a mí).
UN VINO: MADREMÍA
Así se llama este vi-na-zo con D.O de Toro, de las bodegas Divina Proporción. Ha sido todo un descubrimiento. Es un vino elegante, con cuerpo, elaborado con Tinta de Toro, una uva que me encanta. Tiene un sabor frutal a grosella y cereza con toques de caramelo y vainilla. Espectacular. Su precio oscila entre los 11 y los 13 euros dependiendo de la tienda donde lo compres. En la bodega de Máximo San José, el dueño, una caja de 6 botellas de 75 cl cuesta 69 euros. Confieso que el hallazgo de este vino fue una serendipia*, porque cuando lo descubrí, iba buscando otro de Toro que también me fascina: Piedra. Ya os hablaré de él en otro post, porque merece la pena. El caso es que Piedra estaba agotado y seguí buscando algo nuevo que probar…¡hasta que un jabalí se metió en mi retina! Sí, el de la etiqueta, que oye, te gustará más o menos, pero desde luego, llamativa, sí que es. Lo del jabalí tiene su porqué; viene explicado en la parte de atrás. Por cierto, si quieres más información de Madremía hay un audio disponible en el código QR de la etiqueta.
No dejes de probarlo. De verdad que merece la pena
UN LIBRO: PATRIA
Soy muy exagerada, lo admito, pero si te digo que Patria es uno de los mejores libros que he leído en mi vida, me quedo corta. Fue mi cuñada (mi camello literaria) la primera persona que me habló de este pedazo de obra de Fernando Aramburu. Yo jamás había leído nada de este autor, pero el argumento de Patria estuvo presente en mi vida practicamente día a día durante los años más duros del terrorismo de ETA. Por eso precisamente, porque viví muy de cerca todo aquello, me costaba imaginar que una novela pudiera abordar este asunto con cierto equilibrio.
Cuando cubrí mi primer atentado yo tenía 20 años y trabajaba en Antena 3 de Radio. Aquel día de junio del 91 Enrique Aguilar, un teniente del Ejército del Aire, fue asesinado por ETA cuando iba en su coche hacia el aeródromo de Cuatro Vientos, donde trabajaba como cartógrafo. Era la primera vez que los etarras ponían una bomba en Madrid activada por el sistema del péndulo. Ocurrió a las 8,30 de la mañana y yo acababa de llegar a la redacción de informativos. Diez minutos después estaba ante el micrófono del estudio pronunciando términos tan ajenos a mi vida hasta ese momento como amosal, operación jaula, bomba lapa, comando, muga, parabellum…quién me iba a decir que esas frases, esas palabras, esos nombres, me acompañarían día a día durante años.
Afortunadamente, hoy, lo que preocupa a los ciudadanos es la corrupción, no el terrorismo. Y me cuesta horrores explicarles a mis hijos lo terrible que fue aquella época. No lo entienden. Les resulta tan lejano y ajeno como la monarquía de Isabel II o el Románico. Por eso la publicación de Patria me ha golpeado, porque no ha pasado tanto tiempo, porque olvidamos muy rápido…Porque en realidad, todo eso sucedió “ayer”.
Desde el punto de vista literario es impecable y Aramburu radiografía la realidad vasca de aquellos años con una maestría tal, que desde la primera página el lector se transporta al pueblo de Euskadi donde transcurre la novela y camina por sus calles, entra en los hogares de Miren y Bittori, se pone en los zapatos de la viuda del empresario asesinado, viaja con la madre del terrorista hasta Algeciras y escucha las conversaciones de los cachorros etarras en la herriko taberna.
Muchas son las reseñas que ya se han escrito sobre Patria. Pero yo me quedo con la que José Carlos Mainer publicó en Babelia:
”…en Patria está el mundo de la lucha armada y el encarcelamiento de sus héroes, la hipócrita y cruel ocultación de sus víctimas, la constitución de una mentalidad de “pueblo elegido” y perseguido, el bochornoso papel de la Iglesia católica y sus imanes parroquiales, la diaria y sistemática práctica de división de una comunidad en buenos y malos. Aramburu ha retratado las dos caras de una sociedad arcaica y patriarcal que ha preservado los valores de unidad familiar (es significativo que castellanohablantes y euskaldunes usen la misma nomenclatura vasca de la jerarquía familiar: amona, aita, ama, osaba…) y donde la cuadrilla es el instrumento de socialización de adolescentes y jóvenes. Y queda claro que la misma mentalidad que sustenta una gran cohesión social ha sido el caldo de cultivo natural de la justificación de la violencia y del ejercicio del acoso fascista al sospechoso (pintadas manifestaciones, culto a los retratos de los héroes)…”
Me reitero. Patria es uno de los mejores libros que he leído en mi vida. Tiene 648 páginas y cuesta 9,49 en versión Kindle y 21,76 en libro de tapa blanda. Tengo ganas de leer vuestras opiniones. Os leo en comentarios.
ROPA DIFERENTE: MENTA Y PECAS
Durante muchos años me he comprado ropa en Arropa que hay Poca, una tienda que había en la plaza de Ópera, en Madrid. Allí encontraba ropa diferente. Siempre que llevaba puesta alguna de estas prendas, alguien me decía “¡qué chulo! ¿dónde te lo has comprado?”. Ya digo; era ropa diferente, bonita y sorprendentemente barata. El caso es que después de verano la tienda cerró. Pufff. Disgustazoooo. Peeeero, hace unas semanas, paseando por las inmediaciones de la Plaza Mayor, decidí ir hasta Arenal atravesando por la calle de Las Fuentes. Y ¡tachán!!!…en el número 4 descubrí una nueva tienda que llamó mi atención por las cosas tan monas que llevaba el maniquí de la entrada. ¿Y quién estaba dentro? SIIIIIIII…¡mi adorada dependienta de Ópera! Juro que jamás habíamos entablado una conversación. Supongo que yo la sonaba de vista, pero nunca, nunca, nunca imaginé que se acordaría de mi. El caso es que entré, nos quedamos mirando embobadas la una a la otra hasta que la mente nos ubicó en el nuevo espacio y corrimos a abrazarnos ¡Qué alegrón, por Dios! Ni siquiera conocíamos nuestros nombres después de tantos años, pero fue un momento muy especial. Lo mejor de todo es que, aunque ahora la tienda es suya y se llama Menta y Pecas, tiene una línea de ropa parecida a la de antes, pero más chula.
Además, Yolanda vende unos complementos preciosos que no encontrarás en otros sitios.
CHUCHES INCREÍBLES: LAS DE LA FRANQUICIA HEMA
Pues sí, lo reconozco. Soy adicta a las chuches. Maaaaato por esos pies amarillos y rosas si están bien blanditos, o por las moras, o por las gominolas de pulpitos, ésas que son dulces y ácidas a la vez…O por las nubes…Pero sobre todo-sobre todo-sobre todo mato por las barritas de regaliz negro rellenas de colores. ME PIEEEERRRDEN. Es más, confieso que muchas veces voy al cine solo por comprarme una bolsa gigante de chuches y zampármela YO SOLA. Bueno, a lo que iba. Hace unas semanas, haciendo tiempo para mi curso de Contenidos Digitales de Aula CM, entré en una tienda que desconocía: HEMA. Se trata de una franquicia holandesa que llegó a España hace 3 años y que vende artículos para la vida cotidiana chulos y baratos. Es como un “todo a cien”…pero con gusto y diseño. La verdad es que cuesta mucho explicar exactamente qué venden, porque aquí encuentras de todo; desde material de escritorio hasta toallas, productos de higiene y belleza, cosas para la cocina o galletas ecológicas. Pero para mí, sin duda, lo mejor-de lo mejor-de lo mejor-de lo mejor-de lo mejor es el regaliz inglés
¡Salivo solo con mirar la foto! Un auténtico festival. Y la verdad es que las compré “sin querer”(otra serendipia), ¡en serio! Pensé que sabrían como los regalices rellenos de esa pasta gomosa por la que mato…pero no; sabían a coco y a otros sabores que aún no soy capaz de identificar, pero que me provocan una hemorragia constante de endorfinas. La bolsa cuesta 1,50 €. Me-fli-pan
UN SUJETADOR SIN AROS ES-PEC-TA-CU-LAR EN H&M
¡POR FINNNN! Hay que ver lo que cuesta encontrar sujetadores sin aros que sean bonitos, de mujer (sin ositos ni gatitos), que cumplan con su misión, o sea, realzar el pecho para que con los años no te llegue a las rodillas y ante todo: ¡que NO sean de deporte!
Es mi cruzada particular desde hace años. Los aros, esos artefactos infernales que se clavan en las costillas, son molestos, perjudiciales para el pecho (según muchos ginecólogos), difíciles de lavar a mano y dejan marcas feísimas en la piel aunque lleves la talla correcta. Entonces…¿por qué los usamos? Muy sencillo; hasta hace poco las marcas no apostaban por este tipo de lencería, y conseguir un sujetador “de mujer”, sexy, cómodo y que sujetase igual o más que el clásico modelo con aro, era casi imposible. Ya no. Esta revolución comenzó con la lencería soft que muchas marcas como Intimissimi idearon para san Valentín, pero no ha sido algo pasajero, porque han llegado para quedarse. De hecho, me he llevado un alegrón al comprobar que muchísimas marcas apuestan esta primavera por los sujetadores sin aros./// Yo he encontrado un modelo espectacular en H&M. Es comodísimo y la blonda que tiene bajo el pecho es suave. no se nota y queda preciosa porque el volante queda separado del cuerpo haciendo una forma muy chula. Lo mejor es que se lava sin problemas en la lavadora y tiene un precio espectacular: 12,95 €
Y ya, lo más de lo más, es que muchos sujetadores sin aros no se abrochan con corchetes, ni tienen cierre trasero.
No obstante, como este asunto da mucho de sí, prometo escribir un post próximamente sobre sujetadores sin aros con las mejores direcciones y precios.
UNA CANCIÓN: RAN, DE FUTURE ISLANDS
No sé vivir sin música. Se me va tanto la olla, que ya desde muy, muy pequeña, imaginaba videoclips de mi vida con tal o cual canción. Y verme conducir debe ser todo un espectáculo, porque la coreografía de la, La, Land con que arranca la película es una broma al lado de los berridos y bailes que me marco yo solita dentro de mi coche. Si me gusta la canción, me vengo arriba en un pis pas. Pues bien, el temazo que me pone on fire últimamente es “Ran”, de Future Islands. Por favor, escúchalo. Es un antídoto contra el mal rollo.
Sólo pido que no me lo pongan una noche cuando esté de copas en algún garito, porque NO respondo. Ojo, que a mí me da igual…y lo peor de todo: sigo bailando desaforadamente como si tuviera 23 años y estuviera en la sala El Sol, pero claro, la gente que me acompaña es más prudente y se muere de vergüenza ¡Ya ves tú!
Bueno, espero que de estos siete descubrimientos, al menos uno de ellos te haga feliz. Insisto, no te cambiará la vida, pero oye, algo ayuda ¡Ya me contarás!
*Serendipia: consiste en realizar un descubrimiento afortunado por pura casualidad mientras se está buscando otra cosa.
Los Ojos de Silvia
Vivir y contar a partir de los 40
Hola Silvia, gracias por las «serendipias». Y una para ti, hay un «Arropa que no hay poca» al final de la calle Fuencarral. Hace poco la encontré y me llevé una grata sorpresa. Un beso.
Pues qué alegría me das! Mil gracias. Te mando un beso grande